1 de Enero de 2017
7 de la mañana, nuestros ojos desvelados mientras que otros ni se han acostado. Por delante escasos 5 km hasta la Catedral. El albergue de Monte do Gozo abre sus puertas, mirada atrás:
– No, no nos dejamos nada. – ¿las credenciales? – Tranquilo las llevo conmigo. – Arranquemos pues.
Bajada primera, un giro cerrado a la derecha, a pie de carretera. -Cuidado. -Vienen coches? – No – entonces crucemos a la izquierda.
Un alto monumento junto a una rotonda. – Es allí papá, sígueme, aún lo recuerdo de mi primera vez por la Vía de la Plata.
Exacto esas letras rojas con las palabra Santiago de Compostela, nos volvían a recibir.
– Sigamos viejo. Queda poco…
– lo que tu digas chavalote.
Por el camino nos cruzamos con personas de la noche, tacones en manos, corbatas desanudadas, rostros caídos; señal de una noche de excesos, botellas rotas y signos de festejos. Nosotros sobrios y con la mirada puesta en nuestro destino, la Catedral.
Porta do Camiño, rodamos en busca del casco histórico por la rúa das Casas Reais, subida nerviosa hasta la praza de Cervantes. La rúa da Acibechería, praza Inmaculada desolada, el monasterio de San Martín nos hace de preámbulo, un arco de Palacios silenciado sin músicos ni gaitas, Santiago ciudad aún dormida, un giro más casi lo tenemos.
– Padre… bienvenido a la gran Plaza del Obradoiro, bienvenido a la majestuosidad de la Catedral del Santo Apóstol Santiago. – Abrazos, emoción, fotos, plazas aún desiertas.
– Amarremos las bicis- ¿En la Puerta de una Iglesia?- Nunca se sabe viejo- Entrada a la Catedral: una misa bajo aquél botafumeiro colgante y un canto celestial de una monja hermana junto al altar.
Daros felizmente la paz, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo… subida por aquella estrecha escalera de escalones gastados, por el tiempo y el peregrinar de muchos. Un fuerte y agradecido abrazo a Santiago por habernos guiado hasta él, un oscuro pasillo hasta una tenue urna plateada y una puerta de Cristal que nos conducía hasta la Sacristía, donde oficialmente nos concederán la esperada Compostela.



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Si la emoción me embargó cuando llegué a esa plaza por primera vez con sonido de gaitas de fondo, no imagino lo inquietante que tiene que ser llegar, tras tiempo montado en una bici, como lo habéis hecho vosotros.. Enhorabuena y a seguir el viaje de retorno 🙂 Abrazos de luz para ambos y otro para el Santo bien grande..
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Eres mi ídolo, si tuviera que pedir un deseo al santo pediría tener las piernas de los Marrufo. Soy tu fan de póster, sois unos capo,s unos bicharracos, unos titánes. Espero verte pronto máquina un abrazo enorme y otro para Felix.
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Gracias por tus palabras pisha!
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Bueno «alforjeros» imagino la emocion que debisteis sentir, al pisar la Plaza del Obradoiro, el abrazo al Santo, y vuestra credencial, momentos inenarables que jamas olvidareis, gracias por compartirlo, hemos viajado junto a vosotros. Emhorabuena campeones
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