Boa noite a todos!
¿Dónde lo dejamos?
Cómo olvidarlo… La Catedral de Santiago de Compostela.
1 de enero del 2017, 11.30 de la mañana, la Compostelana en la mano, las calles aún vacías, y toda una jornada por delante. – ¿Seguimos ruta viejo?- ¿A dónde vamos ahora? – ¡Al fin del mundo! – ¿Eso queda muy lejos chico?- No, tranquilo, a dos etapas de aquí; no llega a los 90 km. – Aaaa vale, ¿entonces a qué estamos esperando? Vamonos.
A espaldas de la Catedral y antes de comenzar a rodar, un grupo de japoneses, con su sonrisa permanente y fotografiando todo lo que les rodea, ponen su atención en nosotros.
Su guía española, nos preguntó si nos importaba echarnos fotos con ellos, concretamente con una señora que vestía traje tradicional. Al final se animó otra, y luego otros, y tuvimos que salir corriendo porque corríamos peligro de acabar nosotros con los ojos rasgados de tanto flash.
Tras el asalto niponés, partimos sin una idea clara de etapas, solo el destino final, cabo de Finisterre. – Nosotros comenzamos a rodar y donde lleguemos está bien- nos dijimos. Sabíamos que a pie se solían dividir en 3 etapas, Santiago- Negreira, Negreira-Olveiroa y Olveiroa – Fisterra. Así que el plan fue completar una etapas de ellas y dejarlo a mitad de la siguiente donde pudiésemos pernoctar.
Con el plan de ruta prediseñado, pero sin estar cerrado a cambio, comenzamos a rodar.
Un puente a las afueras de Santiago junto a un bonito camino frondoso, nos indicaba el camino a Fisterra. Los primeros monolitos con cuenta regresiva irán apareciendo y animándonos en cada uno de ellos a dar un «paso» más en nuestra ruta.
El camino nos fue demostrando su belleza, un premio para todo aquel que decide proseguir su camino más allá de la Plaza del Obradoiro. Tanta sería la motivación y belleza, que en un momento de fotografía, acompañado de otro de fuerza interna, nos separaremos sin saber el paradero uno del otro. Un teléfono con apenas cobertura sonando, ¿Dónde te has metido Jesulito?- ¿Yo? Aquí en un sendero con árboles y musgos.- Déjate de bromas niño, ¿dónde estás?- En el camino de Santiago, viejo. ¿Y tú?- Yo qué sé… aquí con árboles, hojas secas y musgo…. (La conversación resultó ser algo surrealista, pero tenía su punto de humor-preocupación) – Mira, mejor rueda hasta que llegues a un monolito y no te muevas de él, así veremos quién está mas adelantado y no damos mas vueltas. – Al final resultó que el viejo estaba a unos 5 km más adelante que yo… ¿De dónde sacará este hombre las fuerzas?
Primera etapa coronada, Negreira, sello en la credencial y recomendación de pernoctar por parte de la hospitalera en Vilaserío, una pequeña población con un solo bar y un albergue como único servicio. Bicis en la puerta nos recibe una chica coreana:
– 안녕하세요! 순례자에요?다- nos preguntó.
-¿einn? Sí sí, somos peregrinos.
-단행이에요! 여기서 혼자 자면 너무 무서워요. – Exclamó ella.
Al final conseguimos comunicarnos con una mezcla nueva de idiomas , castellano-inglés-coreano. Allí estábamos los tres bromeando y tratando de entendernos entre risas y gestos. Ella tenía pasta, pero no tenía dónde cocinar, nosotros teníamos cocina, pero no teníamos qué cocinar, así que la unión de ambos nos daría todo lo necesario para comer algo, en una población donde el único bar de la zona, estaba cerrado al público, pero con un señor dentro viendo el futbol, que ni quiso atendernos y una señora que prefirió achicar balones fuera, a nuestra petición de poder llevarnos alguna comida caliente a la boca. Suerte que dimos con Norah y Norah dio con nosotros, si no no sé qué hubiera sido de nosotros sin poder alimentarnos… bueno «alimentarnos», la pobre Norah, tuvo que asimilar que la pasta sola , sin ningún condimento ni tan siquiera sal, nada tendría que envidiarle a los tallarines que acostumbraba a tomar.
Amanece y salimos los tres en busca de algo para desayunar, «Colacaooooooouuu» gritaba una y otra vez nuestra amiga «cori» que se moría de ganas por tomar uno de éstos calentito pero… a las puertas del bar, un letrero nos sorprendía, «lunes cerrado». Adivinad qué día de la semana era… efectivamente… lunes… Así que tuvimos que despedirnos en ayunas. Fuerte y cálidos abrazos. -Noraaaah, Sarangueeee, Anniong! Nuestros mundos se separarían, así es la vida del viajero.
Los km se iban reduciendo, caminos entre eucaliptos y hojas secas. Un trozo de carretera y una duda por delante, Fisterra o Muxía, pues sería en ese punto donde los caminos se separarían. Cara o cruz y salió cara, nos vamos a Fisterra y dejamos Muxía para otro camino.
«Al otro lado de la montaña veréis el mar nos decían», subimos aquella colina con ansias por volver a disfrutar con las vistas marinas, allí lo teníamos, Cee, un hermoso pueblo pesquero enclavado en la Costa da Morte. Poco a poco fuimos descubriendo porqué pensaban los antiguos que esta zona estaba embrujada, tanta belleza tenía que llevar algo oculto, algo así como el canto de una sirena para los marineros.
Fisterra nos daba la bienvenida en su límite local con Cee. El viento que tanto nos había empujado y ayudado en nuestro ascenso se convertiría en nuestro enemigo por momentos, ese viento nos hizo vernos como un Sant Jordi luchando contra su dragón, Hércules contra la hidra o la misma María Pita contra el frente británico. Pero sabíamos de antemano que Fisterra no nos lo pondría fácil, esa carretera con destino el Faro, iba disminuyendo los km representados bajo la vieira. 6,12. .. 4,2…2.1 km casi lo tenemos vamos!

Ya divisamos el Faro, música triunfal de entrada, CARROS DE FUEGO, de Vangelis, un ritual para nosotros, na na na naaaaaaanaaaaaa, nananananaaaaaaana .Un señor nos da el alto con una gran cámara profesional cargada a su cuello. – sois españoles? – Si, de Cadiz pisha.
– Soy de la Voz de Galicia os paso a mi redactora para una entrevista ¿os importa? -no no que vaaaa.- Nervios durante aquella entrevista
Como dos famosos anónimos, seguimos ascendiendo los pocos metros que quedaban. Sujetaba a mi padre para que no coronase antes que yo, – ¡dónde vas tú chaval tan rápido! Mejor tratamos de llegamos juntos al km 00.0. Y allí estábamos km 00.0 a los pies de otro espléndido Faro, peregrinación completada, ruta Uniendo Cabos a tiro de piedra de ser completada y un nuevo sueño hecho realidad.

Gracias Galicia por formar parte de esta aventura, «moitas grazas» Galicia por tu fuerza y apoyo, por dejarme conocer tus Ruas y tus montañas, por tu rico pan y tu carisma, «moitas grazas» por permitirnos conocerte más profundamente y gracias por guiarnos hasta tu catedral.
Galicia… Nós atopar de novo
Y hasta aquí está nueva aventura, hasta aquí, otro paréntesis. Nos vemos en otra vuestra/nuestra próxima aventura.
Gracias a cada uno de vosotros por apoyarnos y gracias por estar ahí cada noche.
BIKE ZOO, GIMNASIO RIZO nuevamente gracias por vuestra preparación y apoyo.
Además no puedo dejar de agradecer la colaboración de mi gran amiga de la Universidad, Alba Téllez, la cual se ha prestado a traducirme los diálogos de Norah. ¿O pensáis que también iba a saber coreano? Ya, ya se andará!
¿Que quién es la citada traductora?
Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, Taekwondista, Actriz, Modelo, Bailarina, MC, Guionista
¿Algo más chiquilla? Pues sí! también da clases de coreano.
Podéis contactar con ella a través de su Instagram: alba_actress o través de linkedin.com
Bueno que al final se me olvida…Miiiiil gracias para ti también Alba!