Vía de la Plata – Camino Francés 19
Pedrouzo – Santiago de Compostela

Saludos señores!
Pues ya estamos alojados en un albergue más, pero esta vez con otro tipo de ilusión, de alegría, de incredulidad, de no creérselo aun, parece que fue ayer cuando partí desde Sevilla con la mentalidad de cruzarme España, con la intención de intentar llegar al menos a Salamanca, pero sin preocuparme si no pasaba de Despeñaperros y quien me lo iba decir casi 1100 km recorridos, 1100 vivencias que contar, 1100 personas únicas conocidas a lo largo de esta locura peregrina, 1100 sentimientos que me han invadido poco a poco
Cuántas veces habré oído que el Camino te cambia, que el Camino no te haga a ti, que tu hagas tu Camino.
He aprendido muchas cosas, que soy capaz de mucho, que siempre habrá alguien que te cause admiración que mis kms son un pequeño pasito insignificante, al lado de personas como Paco, que han peregrinado ya 4 veces a Jerusalén.
He reforzado lo que es la superación, gracias a personas como Lonut de «Camino Solidario» que a pesar de haber perdido una de sus extremidades inferiores sigue pedaleando cada mañana recordando a cada peregrino que la fuerza la llevamos dentro.
Hemos conocido a una gran familia gallega que nos abrió las puertas de su pequeña casita en una aldea junto al camino, una casa a la antigua usanza con Mercedes preparando con esmero su propio pan al horno, dándonos de probar el chorizo secándose junto a la leña o el café de pote, viviendo experiencias con lo mas auténtico de las costumbres gallegas ya casi perdidas por la ciudad.
Podría contaros mil cosas que realmente muchos no entenderían al igual que me costaba a mi entender, cuántas veces me dirían ten cuidado que el Camino te cambia, te cambia o te auto descubre? Quien sabe, lo que sé que por mucha crónica que os narre o describa será difícil de entender hasta que no lo realizas, atrás quedan ya esfuerzos, largos caminos de soledad, temperaturas bajo cero, grandes cielos despejados, enormes catedrales y pequeñas pero cautivadoras ermitas de vieja piedra, grandes sendas entre paisajes únicos, grandes momentos de convivencia, muchos momentos difíciles de contar pero imposibles de olvidar, volveré? De hecho no he acabado, mañana partimos a Sevilla con la idea de retornar rumbo a casa, pedaleando y volviendo con la familia pues dicen que el camino empieza en la puerta de tu casa, el mío va a tener una pausa en la puerta de mi casa pues mi camino no ha acabado aquí.
Esto no ha a hecho mas que empezar
En busca de la siguiente flecha amarilla.
Un abrazo compañero y sobre todo gracias por vuestro apoyo diario!
Pingback: Ruta Uniendo Cabos: De Gata a Palos – Historias de un Alforjero
Pingback: Ruta Uniendo Cabos: Vuelta a la Península – Historias de un Alforjero